Bueno, aqui les dejo un paseo que di junto a mis queridísimas colaboradoras. La verdad es que nunca imaginé que en Curicó existía una calle con mi nombre. Ojalá les guste y........ CORREVIDEO!!!
jueves, 16 de octubre de 2008
REGALO DE MIS COLABORADORAS
SONETO A BERNARDO O'HIGGINS
Oh Padre de la patria, criollo chileno
que naciste en Chillán, entre álamos y sauces,
creciste tranquilo en el campo sereno
y bebiste agua pura de esos bellos cauces.
Bernardo, hombre de orgullo invensible
nació en ti un sueño independentista,
te reclutaste en el ejército para hacer posible
una patria nueva, un Chile idealista.
De General en Jefe a Gobernador de Chile,
creaste proyectos y encausaste la lucha
patruyaste el país en un hermoso desfile
con gran poder y gloria mucha.
con gran poder y gloria mucha.
Si con el corazon algo pudiera decirle
le daría las gracias por tan valiente lucha
martes, 14 de octubre de 2008
Mis queridas colaboradoras
Bueno, me gustaría que conocieran a las niñas que me han enseñado todo esto de la tecnología, y muchas gracias a todas ellas, porque han tenido bastante paciencia conmigo, ya que no sabia ni enchufar el computador (entiéndanme, esto no es de mi época). La verdad es que ahora soy un experto en el cibermundo, me encanta postear, chatear, y ver videos en youtube (especialmente los que tienen relación conmigo). Ya, para no dar tantas explicaciones ni alargar tanto el tema, aquí va mi equipo de trabajo El equipo esta compuesto por Anyela Pérez, Marjorie Márquez, YO, Camila Chiguailao, Virginia Tobar (de izquierda a derecha), y Verónica Ulloa que no pudo estar presente en la sesión fotográfica.
Espero que les guste la foto, aunque parece que no me peiné mucho......
Saludos y afectos
Bernardo O`higgins Riquelme
Para que sepan porque me fui a Perú
MI RELACIÓN CON EL PERÚ
“En mi vida hay diversos hechos y gestos que demuestran mi lucha independentista por ambas naciones”
Si hay un personaje que vincula las relaciones históricas entre 2 naciones, ese soy yo, Libertador de Chile y Gran Mariscador del Perú.
De las razones que sustentan esta afirmación se destacan dos:
- La primera es la dedicación que tuve en la formación de la Escuadra Libertadora, en donde José de San Martín y yo desembarcamos en la bahía de Paracas en Septiembre de 1820, así comencé mi lucha por la Independencia del Perú, y prácticamente consolidé la de América.
- La segunda es que tres épocas de mi vida transcurrieron en tierra Inca; mi adolescencia (entre 1790 y 1794), parte de mi juventud (1803) y mis últimos años (1823 a 1842)
En mis primeras estadías, se ejercieron en mí propuestas reformistas, impulsadas por Toribio Rodríguez de Mendoza en el Colegio de San Carlos, lugar en donde realicé algunos estudios.
En mi segunda estadía Limeña, donde yo tenía unos 20 años más o menos, recibí por mis viajes a Europa influencias de Francisco de Miranda y otras personas importantes. Gracias a esto, en 1805, en la ciudad del Cuzco se ejecutó a José Gabriel Aguilar y José Manuel Ugalde, quienes trataron de echar por la borda nuestros esfuerzos independentistas.
Mi tercera y ultima estadía duró 19 años: desde el 28 de Julio de 1823 (cuando me exilié de Chile), hasta el 24 de Octubre de 1842, cuando fallecí en mi casa de la Calle Espaderos, que se ubica en el centro de Lima. Yo llegué a Perú en una época bastante complicada (heavy como dirían los jóvenes ahora), pero luego de algunos años traté de promover la paz entre Perú y Bolivia. Debo confesar que en eso momentos me inquietaron bastante las noticias que me llegaban desde mi país, incluso, debí defenderme de algunos ataques por parte del Político Carlos Rodríguez, quien se pronunció a través de un diario Limeño. Cuando me quedaba poco de vida, quise volver a mi querido Chile, pero mis graves problemas al corazón ahogaron mis deseos…
Perú me acogió muy generosamente, ya que después de haber sido despojado de todos mis grados y honores en Chile, pude vivir tranquilamente en las haciendas Montalván y Cuiba, que me donó el mismo estado Peruano.
Antes de morir, escribí un emocionado Adiós al Perú, el que decía más o menos así:
En mi segunda estadía Limeña, donde yo tenía unos 20 años más o menos, recibí por mis viajes a Europa influencias de Francisco de Miranda y otras personas importantes. Gracias a esto, en 1805, en la ciudad del Cuzco se ejecutó a José Gabriel Aguilar y José Manuel Ugalde, quienes trataron de echar por la borda nuestros esfuerzos independentistas.
Mi tercera y ultima estadía duró 19 años: desde el 28 de Julio de 1823 (cuando me exilié de Chile), hasta el 24 de Octubre de 1842, cuando fallecí en mi casa de la Calle Espaderos, que se ubica en el centro de Lima. Yo llegué a Perú en una época bastante complicada (heavy como dirían los jóvenes ahora), pero luego de algunos años traté de promover la paz entre Perú y Bolivia. Debo confesar que en eso momentos me inquietaron bastante las noticias que me llegaban desde mi país, incluso, debí defenderme de algunos ataques por parte del Político Carlos Rodríguez, quien se pronunció a través de un diario Limeño. Cuando me quedaba poco de vida, quise volver a mi querido Chile, pero mis graves problemas al corazón ahogaron mis deseos…
Perú me acogió muy generosamente, ya que después de haber sido despojado de todos mis grados y honores en Chile, pude vivir tranquilamente en las haciendas Montalván y Cuiba, que me donó el mismo estado Peruano.
Antes de morir, escribí un emocionado Adiós al Perú, el que decía más o menos así:
“Debo al Perú una deuda de gratitud que la vida más larga no bastaría para compensarla. Éste es un pueblo a cuya generosidad, hospitalidad y buen afecto soy deudo, no solamente por los medios para sostener mi rango con proporcionada decencia, sino que me ha constantemente distinguido con un grado de respeto altamente expresivo del aprecio a los servicios que tuve la buena fortuna de rendir en la causa de la Independencia Americana…”
Fuente: Diario el Mercurio, Julio de 2008
Edición y Redacción: Verónica A. Ulloa Núñez
Edición y Redacción: Verónica A. Ulloa Núñez
jueves, 2 de octubre de 2008
ALGUNAS DE MIS BATALLAS
De Chacabuco a Maipú
Ya en territorio chileno, mis tropas hincaron el ataque sobre de realistas agrupados en Chacabuco el 12 de febrero de 1817. En esta lucha, mis patriotas vencieron y los realistas no tuvieron más opción que rendirse.
Tras el rotundo éxito militar, mi ejército inicio una campaña militar que tenia como objetivo poner termino definitivo a la ocupación española y consolidar la independencia de Chile. Esto se consiguió definitivamente con el triunfo de San Martín en la Batalla de Maipú el 5 de abril de 1818.
La proclamación oficial de la independencia la había realizado yo como director supremo, el 12 de febrero de 1818, en Talca.
Ya en territorio chileno, mis tropas hincaron el ataque sobre de realistas agrupados en Chacabuco el 12 de febrero de 1817. En esta lucha, mis patriotas vencieron y los realistas no tuvieron más opción que rendirse.
Tras el rotundo éxito militar, mi ejército inicio una campaña militar que tenia como objetivo poner termino definitivo a la ocupación española y consolidar la independencia de Chile. Esto se consiguió definitivamente con el triunfo de San Martín en la Batalla de Maipú el 5 de abril de 1818.
La proclamación oficial de la independencia la había realizado yo como director supremo, el 12 de febrero de 1818, en Talca.
La lucha por la Independencia.
A principios del siglo XIX se produjeron grandes transformaciones en el mapa político de Europa. En este contexto, España fue invadida por Napoleón y el rey Fernando VII debió renunciar.
Este hecho nos solo provoco trastornos en el país, sino también en los territorios de la Corona española en ultramar. Al principio, las colonias en América no dudaron en mantener su fidelidad al rey. Chile no fue la excepción y manifestó su apoyo al desposeído monarca.
Sin embargo, en nuestro país las noticias de Europa siguieron preocupando, y pronto en chile apreciaron con nitidez dos bandos: los realistas (españoles de clase alta y militares), fieles al rey, y los criollos (blancos nacidos en América), con cada vez mas claros deseos de autonomía.
Así, luego de la renuncia del gobernador Antonio García Carrasco, la real audiencia designo en su lugar a Mateo de Toro Zambrano, dejando a criollos y realistas conformes.
Sin embargo, el 18 de septiembre de 1810, mientras se celebraba en Santiago un cabildo abierto convocado por los vecinos mas destacados, los asistentes comenzaron a gritar “¡Junta queremos!”, como una manera de pedir un gobierno no mas participativo, pero siempre manteniendo lealtad a Fernando VII. Así, se estableció la primera junta, un organismo de representativa limitada (solo estaba formada por vecinos de Santiago) y cuyo mandato se extendería hasta la reunión de un congreso nacional que representaría a todo el país. La junta, inicialmente destinada a defender los derechos de la corona, pronto derivo hacia un movimiento de independencia total.
En esta misma época, yo muy joven, me encontraba trabajando en la Canteras, hacienda de mi propiedad en el Sur de Chile, comencé a toa r parte activa en la política, ofrecí mis servicios a la junta y organice dos regimientos de milicias con mis inquilinos y vecinos. Este es el principio fundamental de mi participación en la consecución de nuestra independencia.
Independencia de Chile (1810 – 1823)
*Patria Vieja (1810-1814): es la primera etapa de la lucha por la independencia nacional, históricamente, se inicia con la formación de la primera junta de gobierno (18 de septiembre de 1810).
Durante la patria vieja se eligió el primer congreso nacional (4 de julio de 1811), el cual luego fue intervenido y disuelto por dos golpes dados por José miguel carrera. Este, finalmente, tomo el control del gobierno.
En 1813, llegaron tropas realistas al mando de Antonio Pareja, produciéndose los primeros enfrentamientos entre estos y mis patriotas. Para poner fin a estos conflictos, ambos bandos, decidimos firmar el tratado de Lircay (3 de mayo de 1814), pero ninguno de nosotros respetamos el acuerdo.
Finalmente, mis patriotas son derrotados por las tropas de Mariano Osorio en la Batalla de Rancagua (1 y 2 de octubre de 1814)
*Reconquista (1814 – 1817): este es el periodo en que los españoles retoman el poder y restauran el gobierno colonial. Chile fue gobernado sucesivamente por Mariano Osorio (1814-1815) y Casimiro Marcó del Pont (1815-1817).Ambos gobernadores adoptaron fuertes medidas de control.
Mientras, en argentina, el general José de San Martín y como general yo, organizamos el ejercito libertador, que luego de atravesar los andes, el 12 de febrero de 1817, vencimos rotundamente a los españoles en Chacabuco.
*Patria Nueva (1817-1823): es el periodo final de la lucha por la independencia, en el cual se desarrolla mi Gobierno, fui nombrado director supremo el 16 de febrero de 1817 y de inmediato organice un ejercito que tenia como objetivo expulsar a la tropas realistas del territorio y consolidar la liberación. Este último objetivo lo logre en la batalla de Maipú el 5 de abril de 1818. Abdique mi cargo el 28 de enero de 1823 y marque el fin de la patria nueva.
ALGO SOBRE MI JUVENTUD...
UN GRAN AMOR JUVENIL.
En medio de todas las dificultades que tuve que sufrir en mi estadía en Richmond (Inglaterra), durante mi permanecía en la residencia de los Eeles conocí a la hija del dueño casa, Charlotte. Nosotros iniciamos una amistad que, sin darnos cuenta, derivo un amor.
Charlotte seria un bello recuerdo, cuidadosamente guardado, y que veinte años después se evidenciaría cuando me llega una carta de la propia madre de Charlotte, en donde me agradece que la haya recordado ante un amigo en común, el coronel O’Brien.
Poco después de recibir esta carta, me llego un retrato de la joven, el que fue enviado desde Inglaterra por el coronel O’Brien: “(…) le envió, en una pequeña caja, el retrato de su enamorada Miss Charlotte Eeles (...)”, decía.
MI ESTADIA EN INGLATERRA
Con dieciséis años, permanecí en Cádiz bajo la tutela del comerciante chileno Nicolás de la Cruz y Bahamonde, y de allá partí a Inglaterra, matriculándome en la academia católica de Richmond. Pero mi vida en ese país no fue fácil, ya que mis apoderados –dos relojeros conocidos como Spencer y Perkins- realizaban algunas maniobras irregulares para mi Mantención. Yo soporte esta situación y, tratando de no recurrir a mi padre, salí adelante.
Luego me traslade a Londres, donde conocí a Francisco Miranda, precursor de la independencia sudamericana, que fue mi profesor y quien sembró en mí la inquietud por la libertad de mi patria.
INFLUENCIA DE MIRANDA
Trabe amistad con el oficial venezolano francisco miranda, quien traspaso las ideas independentistas conmigo, donde regrese a mi país. Esta ideología la recibí a través de las conversaciones y debate de ideas y de las lecturas que miranda me recomendó.
Me dirigía a Miranda lanzado un profético y encendido discurso: “permitid, señor, que yo bese las manos del destinado de providencia para romper esos hierros que nuestros compatriotas y hermanos cargan ominosamente, y de sus escombros nazcan pueblos y republicas que algún día sean el modelo y el ejemplo…”.
Miranda participo en tres sucesos históricos importantes: la Independencia de Estados Unidos, la Revolución Francesa y la Revolución de Independencia Hispanoamericana.
MI REGRESO A CHILE
Transformado en un joven de mentalidad sobresaliente y progresista, decidí volver a mi patria. A fines de 1799 viaje desde Londres a Lisboa y de ahí a Cádiz, donde fui recibido, sin mucho entusiasmo, por mi apoderado Nicolás de la Cruz. Aquí mi vida tuvo un periodo de desorientación provocado por la incongruencia entre mi sangre criolla y mi educación inglesa.
En Cádiz me desembarque en la nave “Confianza”, rumbo a Buenos Aires en 1800. Pero había estallado la guerra entre España e Inglaterra, y los ingleses aprisionaron el barco, fui abandonado en Gibraltar, después de despojarme de todos mis efectos regrese a España a reanudar mi vida de pobreza y privaciones. Luego sufrí un grave ataque de fiebre amarilla, durante la epidemia que asolo a esa zona en el verano del 1800, que me tuvo a las puertas de la muerte. Finalmente me desembarque en la fragata “Aurora”, que arribe a Valparaíso, a principios de 1802.
En Perú, mi padre había muerto en marzo de 1801 y aunque nunca me reconoció legalmente como su hijo, me dejo todos sus bienes: una casa en Santiago en el Sur, la hacienda de San José de la Canteras.
En medio de todas las dificultades que tuve que sufrir en mi estadía en Richmond (Inglaterra), durante mi permanecía en la residencia de los Eeles conocí a la hija del dueño casa, Charlotte. Nosotros iniciamos una amistad que, sin darnos cuenta, derivo un amor.
Charlotte seria un bello recuerdo, cuidadosamente guardado, y que veinte años después se evidenciaría cuando me llega una carta de la propia madre de Charlotte, en donde me agradece que la haya recordado ante un amigo en común, el coronel O’Brien.
Poco después de recibir esta carta, me llego un retrato de la joven, el que fue enviado desde Inglaterra por el coronel O’Brien: “(…) le envió, en una pequeña caja, el retrato de su enamorada Miss Charlotte Eeles (...)”, decía.
MI ESTADIA EN INGLATERRA
Con dieciséis años, permanecí en Cádiz bajo la tutela del comerciante chileno Nicolás de la Cruz y Bahamonde, y de allá partí a Inglaterra, matriculándome en la academia católica de Richmond. Pero mi vida en ese país no fue fácil, ya que mis apoderados –dos relojeros conocidos como Spencer y Perkins- realizaban algunas maniobras irregulares para mi Mantención. Yo soporte esta situación y, tratando de no recurrir a mi padre, salí adelante.
Luego me traslade a Londres, donde conocí a Francisco Miranda, precursor de la independencia sudamericana, que fue mi profesor y quien sembró en mí la inquietud por la libertad de mi patria.
INFLUENCIA DE MIRANDA
Trabe amistad con el oficial venezolano francisco miranda, quien traspaso las ideas independentistas conmigo, donde regrese a mi país. Esta ideología la recibí a través de las conversaciones y debate de ideas y de las lecturas que miranda me recomendó.
Me dirigía a Miranda lanzado un profético y encendido discurso: “permitid, señor, que yo bese las manos del destinado de providencia para romper esos hierros que nuestros compatriotas y hermanos cargan ominosamente, y de sus escombros nazcan pueblos y republicas que algún día sean el modelo y el ejemplo…”.
Miranda participo en tres sucesos históricos importantes: la Independencia de Estados Unidos, la Revolución Francesa y la Revolución de Independencia Hispanoamericana.
MI REGRESO A CHILE
Transformado en un joven de mentalidad sobresaliente y progresista, decidí volver a mi patria. A fines de 1799 viaje desde Londres a Lisboa y de ahí a Cádiz, donde fui recibido, sin mucho entusiasmo, por mi apoderado Nicolás de la Cruz. Aquí mi vida tuvo un periodo de desorientación provocado por la incongruencia entre mi sangre criolla y mi educación inglesa.
En Cádiz me desembarque en la nave “Confianza”, rumbo a Buenos Aires en 1800. Pero había estallado la guerra entre España e Inglaterra, y los ingleses aprisionaron el barco, fui abandonado en Gibraltar, después de despojarme de todos mis efectos regrese a España a reanudar mi vida de pobreza y privaciones. Luego sufrí un grave ataque de fiebre amarilla, durante la epidemia que asolo a esa zona en el verano del 1800, que me tuvo a las puertas de la muerte. Finalmente me desembarque en la fragata “Aurora”, que arribe a Valparaíso, a principios de 1802.
En Perú, mi padre había muerto en marzo de 1801 y aunque nunca me reconoció legalmente como su hijo, me dejo todos sus bienes: una casa en Santiago en el Sur, la hacienda de San José de la Canteras.
De Chacabuco a Maipú
Ya en territorio chileno, mis tropas hincaron el ataque sobre de realistas agrupados en Chacabuco el 12 de febrero de 1817. En esta lucha, mis patriotas vencieron y los realistas no tuvieron más opción que rendirse.
Tras el rotundo éxito militar, mi ejército inicio una campaña militar que tenia como objetivo poner termino definitivo a la ocupación española y consolidar la independencia de Chile. Esto se consiguió definitivamente con el triunfo de San Martín en la Batalla de Maipú el 5 de abril de 1818.
La proclamación oficial de la independencia la había realizado yo como director supremo, el 12 de febrero de 1818, en Talca.
Tras el rotundo éxito militar, mi ejército inicio una campaña militar que tenia como objetivo poner termino definitivo a la ocupación española y consolidar la independencia de Chile. Esto se consiguió definitivamente con el triunfo de San Martín en la Batalla de Maipú el 5 de abril de 1818.
La proclamación oficial de la independencia la había realizado yo como director supremo, el 12 de febrero de 1818, en Talca.
miércoles, 1 de octubre de 2008
RELATO SOBRE MI MUERTE
El día 24 de octubre de 1842 a la edad de 64 años, mientras estaba en la ciudad de Lima cumpliendo con mi exilio, producto de un problema cardiaco, dejé de existir, y así dejé atrás una vida de lucha por mi patria.
Mis restos en ese entonces fueron sepultados en suelo peruano a la caridad de su vecindad, pero éstos fueron repatriados en 1869. Por largo tiempo mi cuerpo permaneció en un sarcófago de mármol de carrara en el cementerio general de santiago, hasta que el 20 de agosto de 1979 mi urna fue trasladada por orden del Presidente de la época, don Augusto Pinochet, a altar de la patria, ubicado en la entrada de la Avenida Bulnes, frente al palacio de La Moneda. Luego, el 18 de octubre del año 2004, mis restos fueron llevados temporalmente hasta la escuela militar debido a la construcción de la nueva plaza de la ciudadanía. Éstos se encontraron allí hasta el día 10 de marzo del año 2006, cuando de forma definitiva removieron mi cuerpo a la cripta subterranea del libertador, en el mismo espacio que ocupaba el altar de la patria. Como ven, aún estando sin vida, sigo recorriendo los lugares que por muchos años recorrí, realmente me siento orgulloso de haber dado gran parte de mi vida en honor a esta patria llamada Chile…
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